Tokio Hotel impactó al mundo en 2008 no sólo por su sonido –muy contundente para ser una banda tan joven–, sino también por la presencia de su front man, un vocalista andrógino con una voz muy peculiar y una fuerza interpretativa sorprendente. Ahora, el grupo alemán regresa con Humanoid, un disco menos rockero y más cargado hacia la electrónica.
La banda surgió en 2003, pero no fue sino hasta 2007 –cuando hicieron el crossover al inglés– que se dieron a conocer en el resto del mundo, teniendo sobre gran impacto en nuestro país.
“Monsoon” fue la primera canción de Tokio Hotel que se instaló en los oídos de los adolescentes en América, permaneciendo durante largo tiempo en las listas de popularidad y desatando una locura por estas cuatro enigmáticas figuras que atraían las miradas y provocaban los gritos ensordecedores del público, femenino en su gran mayoría.
Tan sólo en su país natal vendieron casi tres millones de discos, y posteriormente se hicieron acreedores a un sinnúmero de Discos de Oro y Platino por Scream, material que recopilaba sus mejores temas en inglés.
Ahora están de regreso con Humanoid, un disco que ha causado sorpresa y opiniones encontradas por el hecho de haber adoptado un sonido menos complaciente (e incluso desconcertante para algunos), al dejar de lado esos riffs de guitarra que los caracterizaron para incursionar en lo electrónico.
Además, los ganchos en los coros, las melodías recordables y la emotividad a tope se han desvanecido; la interpretación de Bill Kaulitz (vocalista) ha pasado por una serie de filtros y vocoders para utilizarse en capas, sin lograr destacar.
En Humanoid parece extinguirse parte del brillo que hacía deslumbrar a la agrupación. Sin embargo, esta producción presenta un nuevo rumbo a explorar y eso los puede ayudar a dar una grata sorpresa.
Tokio Hotel
Automatic
Universal, 2009
De inicio, sorprenden los arreglos en “Automatic”, donde se escucha una voz robótica (vocoders) casi irreconocible y unos riffs que nos recuerdan a bandas como Metro Station. Un tema muy comercial que bien podría incluirse en el repertorio bailable de los antros.
Se reconocen temas como “Dogs unleashed”, que comienza con un sinte muy al estilo de Linkin Park, pero que también tiene tintes del más puro electro alemán. De hecho, unos cuantos sonidos ensamblados propios de la vieja escuela de Kraftwerk. La esencia de la banda mutó a una resonancia robótica inamovible, y sólo queda el deseo de que la fuerza de sus actuaciones en vivo no se reduzca a una lánguida interpretación.
Un álbum –producido por David Jost, The Matrix, Guy Chambers y Desmond Child– al que le sobra vida artificial y del que sólo sus seguidores tendrán el veredicto final.
Humanoid se lanzó primero en su versión en alemán y después en inglés (ambas en edición standard y deluxe). Se grabaron 25 canciones para el álbum y finalmente se editaron 12 para la versión standard y 16 para la de lujo.
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