Tokio Hotel en Barcelona 05.04.2010
Tras presenciar hace varias semanas el concierto en Oberhausen, decidimos a última hora viajar a la ciudad Condal para vivir en directo una nueva parada del “Welcome To Humanoid City Tour”. Muchas eran las dudas que nos asaltaban, siendo la principal, la reacción de l@s Fans español@s ante el espectáculo que Tokio Hotel está llevando por Europa presentando en directo su último álbum “Humanoid”.
Los precedentes hasta la fecha están siendo realmente desconcertantes. En los conciertos que tuvieron lugar en Alemania los recintos se llenaron apróximadamente en sus tres cuartas partes, hecho que causó bastante sorpresa tratándose del pais donde se suele colgar el Sold Out por ser el centro de peregrinaje de Fans de todo el mundo. Posteriormente, las cancelaciones de algunas fechas, unido a la poca afluencia de público en general, han hecho encender las alarmas en el seno de un Management poblado por una horda de inteligentes chorizos trincones de lustrosa sonrisa y mano siempre extendida, que está viendo como el cohete cuya subida parecía infinita, empieza a tomar una ligera curva que podría poner en peligro las jugosas cifras a las que están acostumbrados desde que el grito “Schrei!” reprodujera musicalmente el milagro de los panes y los peces y les pusiera en la puerta de Universal Berlín una alfombra roja sin caducidad aparente. ¡Ja!
Aterrizamos en Barcelona pasadas las 17 horas y tuvimos el tiempo justo de tomar un taxi y plantarnos en el Palau Sant Jordi. Nos dirigimos a las taquillas y pudimos contemplar que tanto la ventanilla de invitaciones como la de venta de entradas presentaban un reluciente y sospechoso vacio. Tras acercar la cabeza a la luz vimos como una señorita, que nos miraba entre asustada y sorprendida, se apresuraba a atendernos amablemente. Abonamos los 45 Euros de la entrada de grada convencidos, por la expresión de incredulidad de la vendedora, de ser de los pocos que pasarían esa tarde a incrementar las arcas de la organización del evento y enfilamos el camino hacia la puerta.
Tras pasar el control de accesos levantamos la vista y pudimos ver que en la parte opuesta del escenario, se habían colgado tres largos telones negros desde el cielo del pabellón que pretendían, sin conseguirlo, dar una sensación de menor amplitud. A izquierda y derecha del escenario se habían anulado muchas gradas y el foso estaba ocupado en una escasa cuarta parte. Más que ante un concierto, parecía que estábamos en la plaza del ayuntamiento de cualquier pueblo el día de la fiesta mayor en honor a su patrona. El primer pensamiento que nos vino a la cabeza era la posibilidad real de que el concierto se cancelara, ya que no olvidemos que contractualmente, el grupo puede cancelar una actuación si no se cumple una mínima asistencia pactada y, visto lo visto, era obvio que Barcelona podría haber seguido tranquilamente los pasos de Niza.
Para alegría de l@s Fans que allí se dieron cita, la nave nodriza se abrió puntualmente y con ella, Georg, Gustav, Tom y Bill desembarcaban el Lunes de Pascua su impactante show en Barcelona con una gran potencia, muchas ganas y un gran corazón. Hay que ser muy profesional para actuar en un pabellón como el Sant Jordi ante unas escasas 4000 personas (por mucho que la organización dijera que eran 5000) y dejarse la piel como si estuvieran ante 20000 sin que se les notara un ápice el revés de comprobar la poca capacidad de convocatoria que se había dado cita en el primero de los conciertos en el pais más pasional de toda Europa con el permiso de Italia.
El Setlist no incluyó sorpresas y tocaron, como viene siendo norma, el nuevo álbum en su práctica totalidad sumándole tres temas de sus anteriores discos. En esta ocasión, cantaron en inglés, a excepción del tema “Humanoid” que fue cantado en alemán dentro del Set acústico. El público congregado llevó al grupo en volandas desde el primer minuto en que caía el telón hasta el último, haciendo gala de un fervor digno de elogio. Las primeras notas de las canciones antiguas, desencadenaron un efecto manicomio que a base de pulmón, consiguieron colgar el Sold Out moral en las gradas de un Sant Jordi visualmente pobre y desangelado.
Como apuntamos en la crónica de Oberhausen, el grupo está sonando como nunca. El espectáculo lo empiezan a tener muy rodado y debido a que la espontaneidad y la improvisación no tienen cabida ni a la hora de lanzar un saludo, el “Welcome To Humanoid City Tour” se aleja del típico concierto al uso, acercándose más al show conceptual con rasgos de ópera.
Bill Kaulitz, una vez más (y ya van muchas) hizo gala de un potente caudal de voz y una gran presencia. Debido a su extrema sensibilidad, dicen está siendo el miembro que peor está llevando el bajón de asistencia en el Tour, pero no es menos cierto, que a la hora de salir a actuar, está dando una lección de madurez, mandando, echando el resto y comiéndose literalmente el escenario.
A la hora de buscar respuestas al drástico bajón de asistencia en Barcelona, podríamos remover cielo y tierra y subir al paredón todo aquello que huela a sospechoso (que por cierto lo hay y mucho) pero no podemos centrar un problema, que a todas luces está teniendo lugar en toda Europa, en una única ciudad, por muchos errores de bulto que cometiera la organización del evento.
Da la sensación que las brillantes cabezas pensantes que dieron el paso al frente para organizar los eventos en el Tour, daban por sentado que Tokio Hotel iba a llenar los pabellones con la misma facilidad que se le quita la tapa a un yogur. No es ningún secreto que l@s Fans de los germanos tienen una hiperactividad y perseverancia fuera de lo común y que consiguen cualquier premio que se precie y que requiera la participación del público en votaciones. En este sentido, no debemos confundir los conceptos bruto y neto. Que l@s Fans sean muy activ@s en la red no significa que esa actividad tenga que ser proporcional a la venta de entradas. Es por ello, que dejar unos conciertos sin apenas promoción y con unos precios elevadísimos en los tiempos que corren confiando en la fidelidad ciega de Fans, han sido un harakiri cuyas consecuencias no se han hecho esperar.
El promotor en España Planet Events tuvo al menos la delicadeza y el acierto, de no pretender llenar el Nou Camp o el Bernabeu; aunque el sonido habría sido infinitamente mejor que en el Sant Jordi, cuya acústica deja muchísimo que desear.
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